Selegna, Residencia para personas mayores, agradece al Ayuntamiento de Bétera por la entrega de la tradicional “Alfàbega” (planta de albahaca) típica de las fiestas de este municipio.
Una tradición de la que se desconoce el tiempo de su comienzo, aunque se tienen datos desde 1927 y se cree que cuenta con más de 400 años de antigüedad y conocidas como “Fiesta de la Mare de Deu de Agosto”, “Fiesta de las Alfàbeges” o “Fiestas de Agosto”.
Desde finales de Marzo o principios de Abril se plantan “alfàbegas” y las obreras, representantes de las fiestas de Bétera (2 casadas simbolizando la mujer madura, responsable, elegante y segura y 2 solteras, aludiendo el encanto, la belleza y el resplandor de las chicas jóvenes) junto con sus familiares y amigos son las personas encargadas de cuidarlas, siendo un trabajo laborioso. Desde hace unos 25 años el Ayuntamiento de Bétera se encarga de su cuidado contratando a una persona.
A lo largo de todo este proceso hay numerosas tareas a realizar, entre ellas la preparación de los trajes que van a vestir las “obreras” a lo largo de las fiestas, ya que ellas al ser las reinas son una de las figuras más importantes y tienen que destacar.
Otra de las tareas es la de reunirse con sus amigos durante los meses de junio y julio para confeccionar los adornos que van a decorar las cañas que llevan las “alfábegas” el día de la ofrenda el 15 de agosto, día de la Mare de Deu, por el cual se realiza este homenaje.
Previamente a la ofrenda, el 14 de agosto se realiza el sorteo y ornamentación de las “alfábegas.” Sobre las 17 de la tarde las plantas se dividen en dos grupos, lo más igualado posible y por sorteo a cada obrera le corresponde una fila.
Seguidamente los familiares, amigos y vecinos, van al huerto de las alfábegas para “vestirlas” y adornadas con flores que han confeccionado previamente para la posterior ofrenda.
Llega el día más emocionante, el 15 de agosto que comienza a las 9 de la mañana con una “despertá” para anunciar la fiesta, a continuación los Mayorales (representantes masculinos de las fiestas) junto con la corporación municipal y la banda de música salen del Ayuntamiento y con el ritual que establece la tradición, recogerán a las obreras casadas para dirigirse al huerto de las alfábegas, desde donde saldrá la ofrenda hacia la iglesia.
Comienza el desfile clásico de la pareja del “tabal y la dolçaina”, seguidamente salen todas las “alfábegas” por orden de altura, de menor a mayor y así los jóvenes invitados por una obrera comienzan a transportarlas, para ello es necesario una especie de camino donde se colocan en el centro. El desfile consta de dos partes, pero ambas son idénticas. Comienzan con las “alfábegas” pequeñas seguidas de las grandes con una banda de música detrás. Las obreras salen delante de la última planta de cada parte acompañadas por el “sombrerillero” y con el vestido de gala de valenciana. Detrás de ella va una corte, sus familiares barones más próximos, la mitad de la corporación municipal, la alfábega más grande que le corresponde por sorteo y la banda de música cerrando la primera parte de la ofrenda. La segunda parte, idéntica a la primera, también finaliza con otra banda de música. El acto tiene una duración de más de tres horas, ya que tiene su ritual.
Durante la ofrenda, la obrera complace al público que le pide “la volteta i el peuet” (la vuelta y el pie), siempre con una sonrisa en los labios, además de posar para las fotos que cualquier persona desee hacerse, ya que como se ha mencionado es una de las figuras más importantes y la gente quiere tener un recuerdo.
Tradicionalmente, la misión de las “clavariesas” casadas es de acompañar, custodiar y guiar a las obreras solteras, formando una unión. Van siempre juntas, excepto en la ofrenda de las “alfábegas”, en las que las obreras hacen solas el recorrido a la puerta de la iglesia, donde las casadas las esperan para ponerles la mantilla blanca y entrar juntas y ofrecerle la “alfábega” a la Mare de Deu, a la que sigue una misa.
La vestimenta de las obreras es el traje regional valenciano realizado expresamente para este acto, manteniendo las características y la riqueza de los antiguos artesanos, cuidando mucho el delantal y la mantilla con los bordados y la ornamentación en consonancia con el vestido, peinado y las joyas.
Desde Residencia Selegna, queremos unirnos a la fiesta, y agradecer nuevamente a todas las personas que trabajan por y para la Fiesta.
