Una persona en fase de alzheimer avanzado requiere unos cuidados muy específicos.
Es importante valorar el ingreso de una persona con alzheimer avanzado en una residencia como Selegna.
Cuando un enfermo de alzheimer se encuentra en una etapa avanzada, las necesidades de atención son muy exigentes. Y en muchas ocasiones superan las posibilidades de cuidado dentro del hogar. Las familias que viven esta realidad son conscientes de que conforme la enfermedad va avanzando solo es posible minimizar su impacto con una progresiva adaptación a los cambios tal y como se van presentando. Y, sobre todo, que deben asegurarse de que la persona con alzheimer avanzado va a recibir toda la atención y cuidados que necesita.
Para ello la información es clave. Saber sobre la enfermedad y los recursos disponibles en el entorno es la primera recomendación para abordar el alzheimer en cualquiera de sus etapas. Además, muchos especialistas coinciden que antes de llegar a la fase de alzheimer avanzado se tomen las decisiones entorno a la atención en las etapas finales de la vida. Mientras el enfermo tenga aún capacidad para compartir sus deseos acerca del entorno y los tratamientos que le han de procurar soporte vital.
¿Qué significa llegar a la fase de alzheimer avanzado?
Lo más probable es que cuando el alzheimer está en su fase más avanzada, la persona experimente un grado de deterioro cognitivo y funcional. Esto deriva en su absoluta dependencia y en su necesidad de recibir ayuda para llevar a cabo actividades básicas como alimentarse, asearse, vestirse o moverse. En esta fase aparecen también problemas de control de esfínteres, primero urinarios y, luego, intestinales.
Por otro lado, pueden aparecer o agravarse una serie de síntomas relacionados con su conducta. Estos se manifiestan en forma de agitación, ansiedad, obsesiones, episodios de agresividad, o incluso delirios o alucinaciones. Una conducta extraña puede ser un intento por transmitir dolor o incomodidad. O bien reflejar una necesidad concreta como hambre, sueño, cansancio. Así es que es muy necesario prestar atención tanto a las indicadores físicos como a los signos no verbales, muecas, gestos o expresiones faciales del enfermo.
También es muy recomendable anotar cuándo suceden, cómo son y cómo evolucionan. De esta forma, será más fácil orientar la forma de abordarlas y la necesidad o no recurrir a ayuda farmacológica específica.
Además, recibir muestras de afecto es muy importante durante todo el proceso de la enfermedad, pero con el alzheimer avanzado es necesario no declinar este esfuerzo ante lo que puede parecer una barrera insalvable. Hay muchas maneras de estimular sus emociones de forma sensorial aunque parezca que la persona ya no nos entiende. Mirarle a los ojos, sonreír, o cogerle de la mano, poner su música favorita, cocinar su plato favorito, mirar juntos el álbum de fotos de la familia o leerle libros que hayan sido significativos en su vida.
Y por supuesto hay que pedir ayuda. Contar con el apoyo de profesionales para por ejemplo los cuidados físicos y rutinarios como el mantenimiento de la higiene, el vestir o la movilidad mejorará la calidad de vida del enfermo. Y también la de toda la familia.
¿Qué otros aspectos debo tener en cuenta en la fase de alzheimer avanzado?
Finalmente, señalar que siempre es oportuno valorar la decisión de ingresar a una persona con alzheimer avanzado en una residencia como Selegna. En Selegna contamos con un programa especial para el cuidado de personas con alzheimer. De esta manera podemos asegurarnos que recibe los cuidados que necesita. Y que su calidad de vida es siempre la mejor posible.
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