Así empezó todo.
No hace tantos años se consideraba al anciano como la persona sabia a la que recurrir en caso de necesitar consejo, una costumbre inteligente, que ha durado durante siglos y que ahora, quizás arrastrados por el actual tren de vida, ha caído en desuso.
Nos hemos olvidado de cuanto se aprende hablando con la gente mayor, de sus conocimientos y de sus vivencias y que divertido resulta trasladarnos a través de sus palabras a muchos años atrás para ver cómo era la vida entonces.
El otro día en una de las actividades programadas que llevamos a cabo en la residencia para ancianos Selegna, estábamos comentando una noticia de periódico sobre un problema con la calefacción de un instituto.
Como atraídos por un imán los residentes empezaron a contar anécdotas de su paso por el colegio. Qué curioso, como contrastaban sus recuerdos llenos de cariño, con las actuales quejas y pesimismo con el que hoy en día estamos viviendo. Si bien es cierto que estamos atravesando una profunda crisis, también lo es que nuestros mayores las pasaron peores y con el paso de los años recuerdan muchas anécdotas con nostalgia y prueba de superación.