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La alimentación, clave para elegir una residencia de ancianos

  • Publicado el

    07 de febrero de 2017

Una residencia de ancianos debe contar con una dieta equilibrada y supervisada por el equipo médico.

En nuestra residencia de ancianos tenemos en cuenta los gustos y necesidades de nuestros mayores.

Cuando estamos decidiendo qué residencia de ancianos elegir nos fijamos en las instalaciones, servicios médicos, actividades… A esa lista debemos añadir siempre un punto más, muy relacionado con la salud: la alimentación. Siempre que visitemos una residencia hay que preguntar por ella, teniendo presente que una residencia de ancianos debe contar con una dieta equilibrada y un menú supervisado por el equipo médico.

¿Cómo es una dieta saludable para nuestros mayores? Las diferencias no son muchas con el tipo de alimentación sana que llevaría una persona joven. Solo hay que hacer unas pequeñas adaptaciones. Por ejemplo, las necesidades energéticas de la tercera edad son menores, por lo que deben consumir menos calorías para evitar el riesgo de obesidad. También es importante que reduzcan el consumo de hidratos de carbono y glúcidos.

Otro de los puntos que debe de estar presente en una alimentación equilibrada de una residencia de ancianos son los minerales. Las personas mayores tienen dificultades para su absorción y aprovechamiento, por lo que es importante aumentar su cantidad en una dieta saludable. Sobre todo el hierro y el calcio, para evitar anemias, osteoporosis o la desmineralización de los huesos. Para ayudar a su absorción es conveniente acompañar al hierro y al calcio con vitamina C y D.

Para conseguir la ingesta adecuada de todos los nutrientes es necesario una dieta equilibrada y variada, así como atractiva y sabrosa. Además debe ser fácilmente digerible, ya que las personas mayores tienen más problemas a la hora de masticar y tragar. Además es importante un menú supervisado por el equipo médico que controle la alimentación teniendo en cuenta las intolerancias, alergias y enfermedades.

Otro aspecto que ha de estar siempre presente en cualquier residencia de ancianos es la hidratación. Las personas mayores deben ingerir entre un litro y litro y medio de líquidos al día. Agua, zumos, leche (que además aporta calcio), caldos o infusiones son fundamentales en una dieta saludable.

Sin duda, un ejemplo de dieta equilibrada es la dieta mediterránea. Su elevado aporte de vitaminas y minerales, su equilibrio en la proporción de las grasas, el aporte de fibra a través de legumbres, frutas y cereales y su variedad de recetas y alimentos la hacen perfecta para implantarla en casa o en una residencia de ancianos.

A todo ello se suman las siguientes pautas, que hay que tener siempre presentes:

  • Realizar 4-5 comidas diarias, repartiendo los nutrientes entre ellas y que sean variadas.
  • Limitar los fritos. En todas las edades son mejor para la salud los alimentos cocinados al vapor, horno, hervidos o a la plancha.
  • Utilizar aceite de oliva siempre, tanto en crudo como para cocinar.
  • Ingesta moderada de vino. 1-2 vasos de vino al día no son perjudiciales para la salud, pero siempre ha de tomarse bajo control médico.
  • Hacer un poco de ejercicio físico.
  • Tomar el sol de manera moderada. Esto ayuda al funcionamiento de la vitamina D y del calcio.

A esa alimentación saludable, en la residencia de ancianos de Selegna añadimos un factor más: tener en cuenta los hábitos y las preferencias de nuestros mayores. La alimentación de una persona mayor no se puede cambiar de un día para otro, porque eso podría causar problemas de salud. Lo mejor es que sea gradual y siempre con su consentimiento.


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