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Los oficios

  • Publicado el

    25 de mayo de 2016

Las costumbres van cambiando y la nueva tecnología invade nuestro día a día, relegando al olvido profesiones y oficios que antaño fueron esenciales.

En este post intentaremos recordar algunos de esos oficios perdidos o en desuso y mantener en el recuerdo los que alguna vez fueron imprescindibles. Como por ejemplo el sereno que fue uno de los oficios más recordados, aquel hombre que vestía bata y gorra, que tenía llaves de los portales de las casas, y que sacaba de un aprieto cuando se habían dejado las llaves. Además, también vigilaba las calles de maleantes. Varias de las residentes recuerdan una cancioncilla que decía: “el sereno tiene un perro que se llama Capitán, y a las once de la noche se comía todo el pan”. Recuerdan que llevaba las llaves de gran tamaño en una anilla, y que iba calle arriba calle abajo si alguien lo llamaba: “serenoooo”. Se le daba una propina en el momento o en algunos casos una asignación fija los fines de semana

Otra figura que recuerdan, aunque no es considerada una profesión como tal, era la de “ama de leche” o nodriza, aquella mujer que criaba a su hijo y bien por encargo, bien como favor personal, alimentaba con su leche a otro bebe. Se daba en los casos en los que el bebé quedaba huérfano de madre muy pronto o cuando ésta tenía problemas para dar de mamar a su hijo. Julia comparte con nosotros su experiencia familiar, ya que su madre murió joven y su hermana era un bebé por lo que tuvieron que buscar un ama de leche

El afilador era el que deambulaba entre las calles de la ciudad o de pueblo en pueblo con su bicicleta o moto para afilar cuchillos, tijeras y arreglar algún que otro paraguas, el oficio se fue perdiendo en beneficio de la cultura de “usar y tirar”, de hecho hoy en día sigue siendo una profesión común en algunos países donde la sociedad de consumo no está instaurada.

Hasta la llegada de los colchones de materiales sintéticos, los colchones más comunes en cualquier casa eran los colchones de lana. La lana de estos colchones se apelmazaba con el uso durante meses, y era necesario llevar el colchón al colchonero para que varease la lana, le quitaba el apelmazamiento para poder ser usado el colchón como el primer día.La desaparición paulatina de los colchones de lana, supuso también la desaparición de este oficio.

Hace un siglo era común ver la figura del carbonero, oficio ahora en vías de extinción, cuyo trabajo consistía en cubrir totalmente enormes pilas de leña con musgo y ramas tiernas, la carbonera. Luego prendía la leña y dejaba que se quemara durante días, para luego almacenarlo y venderlo en la carbonería. Recordemos que las cocinas y calderas funcionaban con carbón.

El pregoneroera otra de las profesiones más populares en los pueblos de España. Llegaba con su corneta a las distintas poblaciones, y haciéndola sonar reunía a todos los habitantes para comunicarles noticias importantes venidas de otras ciudades, o acontecimientos extraordinarios dentro del pueblo. Durante siglos fue el medio de comunicación y publicidad más eficiente.Con la llegada de la radio y la televisión, la utilidad del pregonero se vio relegada a un segundo lugar, avocándolo a la desaparición a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.

Y si nos paramos a pensar en las profesiones más recientes como el de telegrafista, los delineantes, las taquimecanógrafas, etc… nos damos cuenta que hoy en día lo sorprendente es que el ritmo de avance de la tecnología no se detiene y a esos pasos, no es remoto que en un futuro próximo muchos oficios actuales irán camino a la extinción.  No solo la informática está revolucionando el comercio y otras actividades, sino que también la robótica mostrará más temprano que tarde, resultados realmente sorprendentes.

 

 

 

 

 

 


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