
Necesidades de las personas mayores en verano
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Publicado el
10 de junio de 2025
Con la llegada del verano, muchas cosas se complican, y para nuestros mayores quizás un poco más. Y es que las necesidades de las personas mayores en verano cambian un poco con respecto a otras épocas del año, por eso se hace necesario estar atentos.
Es normal que, con las altas temperaturas, la pérdida de apetito, la menor sensación de sed o los cambios en la rutina afecten al bienestar y también a la propia salud de los mayores.
Si tienes a tu cargo a una persona mayor, necesitas saber cómo adaptarte a esta estación y protegerla de posibles complicaciones.
En Residencial Selegna, residencia especializada en el cuidado de personas mayores en Valencia, conocemos bien las necesidades específicas que surgen durante esta época del año.
El impacto del calor en las personas mayores
Con el paso de los años, el cuerpo pierde la capacidad de regular la temperatura y también se adapta con más dificultad y lentitud a los cambios externos.
Los cambios dependen mucho de cada persona, pero muchos mayores no sienten sed aunque estén deshidratadas, y su piel y sistema circulatorio responden con mayor lentitud al calor.
Todo esto, unido a posibles enfermedades crónicas, convierte al verano en una estación delicada.
Las consecuencias pueden ir desde mareos o bajadas de tensión hasta golpes de calor o desorientación.
Por eso, durante estos meses es importante prestar más atención a los pequeños signos: fatiga, irritabilidad, piel seca o dificultad para dormir pueden ser señales de que algo no va bien.
Hidratación y alimentación: dos pilares esenciales
Beber agua debe convertirse en una rutina consciente. Es una de las principales necesidades de las personas mayores en verano.
En muchos casos ellos no estarán pendientes de hacerlo. Por eso es recomendable ofrecer líquidos a lo largo del día, en pequeñas cantidades. Se puede variar con infusiones templadas, caldos fríos o zumos suaves para que no se haga monótono y aburrido.
También la alimentación debe adaptarse.
En verano, muchas personas mayores pierden el apetito, por lo que conviene optar por comidas ligeras, frescas y fáciles de digerir.
Un plato de verdura hervida, una crema fría, frutas ricas en agua o una ración pequeña de pescado blanco puede ser suficiente y muy beneficioso.
Evita los guisos pesados y las comidas muy calientes o saladas.
La clave está en mantener el equilibrio nutricional sin sobrecargar el sistema digestivo.
Mantener el hogar fresco y seguro
Las temperaturas en el interior del hogar deben controlarse.
Es importante ventilar por la mañana y mantener persianas bajadas durante las horas de más calor.
Si hay ventiladores o aire acondicionado, conviene usarlos con moderación, evitando los cambios bruscos de temperatura para evitar problemas en la garganta.
No podemos olvidar que el calor puede provocar mareos y aumentar el riesgo de caídas.
Asegúrate de que los suelos no estén resbaladizos, las alfombras estén fijadas y los espacios estén bien iluminados.
Revisa especialmente el baño y las zonas donde el mayor pasa más tiempo.
H2 Actividad física y descanso durante el verano
Aunque el calor desanime y nos haga más perezosos para hacer ejercicio, no conviene caer en la inactividad total.
Es bueno intentar caminar un poco por la mañana o por la tarde, hacer estiramientos suaves o realizar ejercicios respiratorios puede marcar una diferencia en su estado físico y anímico.
Todo movimiento debe ser adaptado a la capacidad y el estado de cada mayor, sin forzar.
El descanso también debe cuidarse. Las altas temperaturas pueden dificultar el sueño.
Es importante mantener una rutina estable: cenar temprano, usar ropa ligera y crear un ambiente fresco y silencioso en el dormitorio.
La siesta, breve y a primera hora de la tarde, puede ayudar a compensar las horas de mal descanso nocturno.
Acompañamiento emocional durante las vacaciones
El verano también trae cambios en el entorno familiar. Si tú o parte de la familia os vais de vacaciones, la persona mayor puede sentirse más sola de lo habitual.
Este aislamiento afecta al ánimo y puede derivar en apatía o ansiedad.
Para adaptarse a estas necesidades de las personas mayores en verano a nivel emocional es recomendable:
- Mantener una rutina estable con horarios fijos y actividades agradables.
- Proporcionar compañía diaria, aunque sea por videollamada o teléfono si no puedes estar presencialmente.
- Planificar visitas, salidas cortas o paseos por lugares frescos.
- Si tú te ausentas, asegúrate de dejar a tu familiar al cuidado de un profesional cualificado que le proporcione asistencia y afecto.
En Residencial Selegna ofrecemos atención personalizada con profesionales altamente cualificados como parte de nuestros servicios para el cuidado de mayores .
Dos claves prácticas para el cuidado de mayores en verano
También hay dos pautas importantes a tener en cuenta para que la vida del mayor durante el verano también sea perfecta.
Evitar la exposición directa al sol
No conviene salir entre las 12 y las 18 horas. Si se necesita salir, elige calles con sombra, lleva agua, usa gorra o sombrero y aplica protector solar.
En casa, intenta que la persona mayor se ubique en estancias ventiladas y frescas.
Revisar la ropa y el calzado
La ropa debe ser de algodón o lino, holgada y de colores claros. Evita tejidos sintéticos o muy ajustados.
El calzado debe ser cómodo, antideslizante y permitir una buena sujeción, sobre todo si hay riesgo de caídas.
En Residencial Selegna seleccionamos cuidadosamente cada detalle para asegurar la máxima seguridad y comodidad de nuestros residentes, adaptando cada elemento del entorno a las necesidades específicas de las personas mayores.
Si buscas una residencia de mayores en Valencia que garantice el bienestar, la salud y el acompañamiento emocional durante el verano, contacta con Residencial Selegna y descubre todo lo que podemos ofrecerte.